103 minutos
Dirigida, escrita y editada por Ki-duk Kim
El director coreano más reconocido internacionalmente, Kim Ki-duk, autor de películas extremas, emocionalmente violentas y comprometidas estéticamente, da un giro a su filmografía con esta obra poética y sublime que sigue el ciclo natural de la vida de un hombre.
Rodada íntegramente en un lago en el que flota un pequeño monasterio, la película resulta un cambio refrescante en la carrera de Kim Ki-duk sin alejarse de los temas que han marcado su carrera: el amor, la obsesión por el objeto de deseo, la culpa y la redención. Éstos temas están tratados aquí con una vaporosidad y un sutil sentido del humor en una historia dividida en cuatro episodios que siguen los diferentes momentos en la vida de un hombre, desde su niñez como aprendiz de un monje anciano (prodigiosa interpretación del veterano OhYeong-Su) hasta su edad adulta.
La trama es elegantemente simple: en un templo budista que flota sobre un apacible lago, vive un monje que educa a su joven aprendiz. Y empleando las estaciones del año como metáfora de la vida, vemos la niñez, juventud y edad adulta del aprendiz, sus logros, fracasos y eventualmente las duras lecciones que el tiempo le ha dado.
Su tono pausado (pero nunca aburrido) podrá molestar a algunas personas, pero quienes acepten compartir el lánguido ritmo de la película serán recompensados con una rara experiencia en el cine moderno... una auténtica obra de arte, perfectamente accesible y completamente inolvidable.
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